La ciencia ha tenido un científico cuyo abuelo y padre fueron altos grados masónicos y cuya “Ley” de la evolución (la forma intencional como fue redactada inicialmente) va contra la creación misma de Dios, ese es Charles Darwin. Hoy día la ciencia se basa en esa ley y no es de extrañar tampoco que se esté hablando de “evolución de la conciencia humana y planetaria para un cambio a la nueva era”. Todo esto influenciado por el pensamiento iluminista masónico.

 

Su abuelo, Erasmus Darwin, iniciado en 1754 en la St. David's Lodge Nº 36 de Edinburgh, fue uno de los maestros de la conocida Logia. Estaba relacionado con los masones de Francia y como fuerte promotor del iluminismo, su trabajo antirreligioso fue su tarea principal. Darwin heredó de su abuelo el ideal del naturalismo, Erasmus había sido su precursor en Inglaterra. Según esta idea el universo estaba en la propia naturaleza y negaba la existencia de un Creador trascendente. Es indiscutible que estas ideas masónicas de su abuelo fueron la base para las ideas de Charles, el cual completaría con su hipótesis esa gran meta que está a favor de esta causa masónica.

 

Darwing escribió el siguiente artículo en su libro El Origen de las Especies: “En algún momento de un futuro no muy distante, casi con toda certeza, las razas humanas civilizadas exterminarán y reemplazarán a las razas que viven en las comunidades salvajes de todo el mundo... La diferencia entre el hombre y sus parientes más cercanos será cada vez mayor; por esto la diferencia entre un hombre caucásico, en un estado civilizado y un mono tan bajo como el mandril será como la existente ahora entre un negro o australiano y un gorila”.