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Martín Lutero y su relación con los Rosacruces

 

Martín Lutero se hizo monje agustino en 1505. Martín Lutero mantuvo estrechas relaciones con los Rosacruces. Algo que distinguió a Lutero, y reafirmaba su afiliación a la Sociedad Rosacruz, fue el sello de su anillo que poseía la Rosa blanca con una Cruz en el medio. Ciertos Historiadores quieren atribuir ese anillo como un regalo hecho a Lutero por Felipe Melanchton, a base de unas cartas que Lutero escribió diciendo que le fue regalada, al menos eso es lo que él posiblemente intentó aparentar. Pero es de importancia saber que el anillo de una sociedad secreta no se regala, se gana y solo se gana trabajando desde dentro de dichas órdenes secretas. Y aunque dicha sociedad no es reconocida oficialmente hasta un tiempo después, la misma ya trabajaba desde antes, pues sus simbologías paganas ya estaban viéndose desde hacía mucho tiempo antes.

 

Como era el tiempo del oscurantismo, había grandes conflictos y problemas sociales y es cuando la Hermandad intentó usar la Iglesia como una excusa para propagar la guerra y el orden del caos. Y su representante por excelencia lo fue Martín Lutero, fruto de estas sociedades secretas alemanas y Rosacruz.En 1517, Lutero ya era catedrático de Teología en la Universidad de Wittenberg y es en este tiempo que desarrolló y publicó la lista de las 95 tesis, por no decir las 95 excusas, contra el Vaticano por las tan ideales excusas de las ventas de las indulgencias para recaudar dinero con motivo de la construcción de la iglesia de San Pedro.

 

Según documentos: “El Papa León X promulgó el 31 de mayo de 1515 una indulgencia en favor de quienes diesen limosna para terminar las obras de la basílica de San Pedro en Roma. Johannes Tetzel, dominico español, fue delegado por el arzobispo de Maguncia para predicar las indulgencias en esa diócesis. Varios indeseables se aprovecharon de esa Bula papal para aprovecharse a beneficio propio y por dichas razones cometieron muchos abusos.”Primero, hay que recalcar que la bula no obligaba a nadie, solo a quien quisiera. No es de dudar que era un pequeño grupo (y no por casualidad) que se había aprovechado de esa bula papal. Este fue un escándalo creado por estos para justificar la excusa ideal de la revolución y la protesta. Al mismo tiempo, como si hubiera sido en son de espera a estos eventos, empezaron a surgir ataques simultáneos contra la Iglesia y a desarrollar protestas contra el Papado y la institución Católica en ese entonces. Lo curioso de todo esto es que Lutero nunca atacó a quienes estaban detrás de este desmadre, debido a que eran los mismos banqueros de la familia Fucar, también conocidos como los Fugger, los que estaban inmiscuidos en este plan muy bien elaborado. Estos se beneficiaron directamente de las limosnas de la bula papal. Debido a esto, Lutero atacó a la Iglesia, pero nunca a los poderosos detrás de la corrupción.

 

Cabe recalcar que entre la familia de los Fugger, surge Segismundo Fugger y este fue alto grado dentro de la sociedad Rosacruz, dando a entender que la familia de banqueros estaba inmiscuida con las sociedades secretas de alguna forma, directa e indirectamente. Es importante saber, que es esta misma familia de banqueros la que se apropia de las finanzas del Papado en aquel entonces, arrancándole a los banqueros Italianos el poder sobre las mismas.

 

En 1525 Martín Lutero se dirigió por escrito a los nobles donde les indicaba sin pena alguna: "Matad cuantos campesinos podáis: hiera, pegue, degüelle quien pueda. Feliz si mueres en ello, mueres en obediencia a la Palabra divina". Gracias a su petición fueron exterminados más de mil labradores. Y es en 1560, por la influencia Luterana que se condenó a muerte, por parte del Parlamento escocés, a todo aquel que fuera católico.

 

Lutero promovió que las propiedades de la Iglesia se debían confiscar. Enrique VIII fue el 1ro en apropiarse de monasterios para repartírsela a los nobles de la alta alcurnia. Venía con el precepto de "libertad" al promover que la biblia debía ser interpretada "libremente" por los individuos. No obstante promulgó la disolución de los Sacramentos y las Obras de Piedad, así también como la disolución del Clero y los monasterios (¿Coincidencias con la actualidad? ¡Claro que no!). A este plan lo llamó "Proceso de Secularización". Idénticamente al proceso que adoptan los masones siglos después por esta sociedad fundir las creencias Rosacrucianas dentro del círculo masónico.

 

La Sociedad Secreta de los Rosacruces tenía como intención, desde comienzos del Siglo XVII, reformar de forma general al cristianismo en un intento de revivir el protestantismo. El fin declarado por esta sociedad era contra el Papado, como motivo de venganza por haberse llevado a la Hoguera a Giordano Bruno el 17 de febrero de 1600. Este era miembro de alto grado de los Rosacruces y ayudó a proliferar el iluminismo en Europa. Debido a esto fue llevado a la hoguera por la Realeza.

 

Felipe I de Hesse, El Magnánimo, fue la figura principal que apoyó la Reforma protestante de Lutero, luego fundó la Universidad Protestante de Marbourg, y organizó un movimiento político, la Liga de Esmalcalda, contra el rey católico Carlos V.

 

Una vez Lutero fallece, sus seguidores fueron dirigidos por Sir Francis Bacon, el mayor grado de los Rosacruces en Inglaterra. Durante el reinado del rey James I, Bacon dirigió el proyecto que tenía como meta la creación de una biblia protestante inglesa. En 1611 dicha biblia fue conocida con el nombre de Versión del Rey James.

 

La estrategia funcionó, se logró dividir a la feligresía y también se logró arrancar del púlpito a sacerdotes y se logró sacar de monasterios a monjes y monjas. En fin, un “Master Plan” realizado a la perfección. Por consiguiente, los eventos que sirvieron de excusa para producir este caos y traer un nuevo orden contra el catolicismo, fueron inducidos por infiltrados que desarrollaron una de las 10 estrategias de la manipulación: "problema-reacción-solución". Y el resultado, un movimiento que enfila los cañones para atacar a la Iglesia desde ese entonces hasta el sol de hoy.

 

Desde ese momento, casi un siglo después, la sociedad masónica logró infiltrar o convertir a personas de adentro de la Iglesia, y si no los pudieron convertir los influenciaron a tal punto que muchos dejaron de creer en la eucaristía e incluso en la misma existencia del demonio, llegando a considerarlo como mera representación del mal o una idea arcaica del pasado.

 

 

 

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